domingo, 2 de marzo de 2014

FIESTA DE CARNAVALES

Jorge Reina
FIESTA DE CARNAVAL DEL CLUB HIGOS URCO EN LIMA

Pastillita para el Alma 02 – 03 – 14

Las damas residentes en la capital de la República del Club Social, Deportivo y Cultural HIGOS URCO de CHACHAPOYAS, encabezadas por Elizabeth Santillán, Himelda Chávez y Nelly Caro, entre otras, con la colaboración modesta de mi persona y del Dr. José Ordóñez, el día Primero de Marzo han llevado a cabo UNA FIESTA DE CARNAVAL, en la casa de la señora Nelly Zubiate, en San Borja, que será tradición el primer sábado del mes de marzo de todos los años.
Los amplios salones se vieron colmados de hermosas damas y un selecto grupo de caballeros amazonenses, que departieron en un ambiente de sana camaradería, bajo los acordes de la Orquesta de los Hermanos Herrera, que con sus variadas interpretaciones nos transportaron a la Fidelísima Ciudad de Chachapoyas, trayéndonos a la mente la presencia de Leonardo Santillán, la voz melodiosa de Luis Herrera Castro, la ausencia de don Ariel Herrera Tuesta.
Claro que faltaban el comité de recepción en la puerta de ingreso, controlando la buena presentación de los concurrentes, del curita Reategui, don Víctor Santillán, don Gustavo Santillán el Taranguicho, o don Julio Bonifaz, pero es innegable que su presencia se hacía sentir en alas de nuestros recuerdos y con ellos venían una serie de personajes, algunos de los cuales todavía están con nosotros y muchos de ellos nos miran desde el cielo.
Las damas higosurquinas en un signo de franca camaradería se estrechaban en un fuerte abrazo con las damas del Club Sachapuyos, del Club Alonso de Alvarado, del Club Universitario de Chachapoyas. Intercambiaban frases de nostalgia, de momentos felices vividos en nuestra tierra y que ya no volverán y a través de sus disfraces y antifaces se dejaba traslucir la dicha del reencuentro y la alegría de estar juntas, lejos de la sombra del Pumaurco o del cielo azul, lleno de estrellas, de nuestra tierra bendita.
Bella nuestra Adelita Encina con su Roxanita Maita y una amiguita trayéndome reminiscencias de un acto quirúrgico de hace 27 años, las hermanitas Barcellos muy entusiastas, Amelia Domínguez, Nelly Oporto, Marisol Chiesa, Isolina Villacrez, Elvia Lacerna, Maruja Torres Cueva, Janet Cieza Medina, Olga López Corbera, contagiaban su belleza y alegría. Esperancita Urteaga decía Do you want dance with me y no había quien me diga que decía. El Dr. Anibal Noriega Vigo y su chaposa Gladys Oyarce, bailaban recordando la plazuela de Burgos. Doña Gaby Chavezarroyo nos privó de la presencia del León de Belén Carlitos Cabrera, que fue muy recordado por Ruperto Torrejón, el popular Loco Serenata, que bailaba boleros tangueados con su Consuelito. Mi prima Odelia Rojas y su adorado tormento eran dos tortolitos que se juraban amor eterno. Mima Beuzeville tan guapa y hermosa como siempre, con ojos soñadores, llenos de misterio. Amparito Mendoza Castro, mi hermana engreída, toda dulzura y ternura. Mi prima hermana Dalila Ortiz y su Osquitar de toda la vida muy acarameladitos bailando valses y paso dobles. María Antonieta Torres Zubiate con su vestido hindú contagiaba tranquilidad y paz espiritual. La gitana Delia Valdez Rodríguez, leyó en la palma de mi mano y dijo que mi Marita del Carmen es y siempre será la reina de mi corazón.
Hay muchos nombres que no los consigno, yo les ruego que perdonen a los que no los nombro, pues la amenaza de la visita del alemán Alzheimer ya hace que me olvide fácilmente.
Todo era algarabía y felicidad. Las parejas bailaban guarachas, valses y boleros de antaño y en el momento que tocaron el Vals Amazonas se sintió en el ambiente una atmosfera de tristeza y de pena por nuestra lejanía, pero, se disipó rápidamente recordando ese pasado que fue de luz, amor y alegría.
La dama amazonense, Regina Concha Tenorio, residente en los Estados Unidos de Norteamérica fue elegida como soberana de la fiesta de carnaval y para satisfacer a su esposo nacido bajo el Misti, pidió a la orquesta, que toque el Carnaval Arequipeño, dándonos una demostración de elegancia y amor al terruño.
Teniendo en cuenta el propósito de la fiesta, que es recaudar fondos para ayudar al Asilo de Ancianos de Chachapoyas, en un acto muy loable, la damita chachapoyana, Delia Valdez Rodríguez, sorprendió a los organizadores obsequiando un artefacto eléctrico para ser sorteado entre los concurrentes, lo que así se hizo, resultando ganador el Dr. Julio Ordóñez. Gracias a nuestra paisana de oro por su calidad y su desprendimiento, que, ojalá, sea imitado por todos nosotros. Elita Santillán muy emocionada agradeció con lindas frases dicho gesto.
También engalanó nuestra celebración la presencia de Magdita Torrejón quien dejando la celebración del cumpleaños de un pariente, quiso regalarnos con el calor de su belleza y don de gente, trayéndonos el esplendor de la calle del Comercio, frente a La Merced con su inolvidable chorrito de agua cristalina.
Himelda Chávez lució guapa y encantadora y de vez en vez su mirada se perdía en el arrullo de un recuerdo y su hermanita Fabiola, disimuladamente le alcanzaba un vaso con un valiun de diez miligramos.
Pepito Ordóñez como en sus mejores tiempos en los brazos de su adorada Nelita sacando lustre al piso bailó desde que comenzó a sonar el acordeón de Panchito Herrera, que a la manera de mi compadre Chinche también se contagió del entusiasmo de los higosurquinos, solo le faltó pasearse entre la concurrencia seguido de todos sus integrantes de su orquesta.
Mención aparte la sobriedad de dos grandes e ilustres jurisconsultos los Drs. Jorge Chavez Feijoo y Gonzalo Echáiz, que olvidando su magisterio de abogados se confundieron entre los asistentes bailando y brindando por la tierra que nos vio nacer. Jorge el Mendigo desapareció y nos privó de su voz de barítono.
Todo era fiesta y como ayer se intercambiaban mensajes en las serpentinas trayendo a nuestras mentes el sabor de dulzuras, de amores escondidos, de ilusiones nunca realizadas, de serenatas, de poemas y versos a la luz de la luna.
Se brindó por nuestra Patria chica, saboreando un escabeche con humitas, con una mistela y con un vaso de chicha morada, deliciosamente preparados por la dueña de casa.
Fue una noche inolvidable, lamentando la ausencia de muchos de nuestros paisanos que no se hicieron presentes, tal vez, porque no hubo una buena comunicación, por lo que les pedimos disculpas.
Como una candelita que poco a poquito se va acabando, en mí se va extinguiendo la vida y estos pequeños remansos en el sendero, tapizan de verde mi camino y en esa bruma del tiempo que jamás se olvida, todavía me permite soñar con la esperanza de vencer las durezas del destino y hacer prevalecer como huella indeleble las añoranzas de mi pasado que fue de amor, de devoción y de ternura.
Jorge REINA Noriega
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